04 octubre 2007

50 años en el espacio : Quinta nota

El transbordador espacial


Finalmente, el 12 de abril de 1981, el primer transbordador se eleva al espacio, el Columbia, llevando a bordo a los astronautas Jonh Young y Robert Crippen; por primera vez una nave realizaba su vuelo inagural con tripulación.
El transbordador, llamado Space Shuttle, tiene la característica de ser reutilizable, despegando verticalmente, con la ayuda de dos cohetes aceleradores y aterrizando como un avión para luego ser utilizado en otra misión.
Además del Columbia se sumaron a la flota el Challenger, el Discovery y el Atlantis, cada uno de ellos con la capacidad de realizar 100 vuelos. Durante la primera mitad de la década del 80, realizaron misiones con tripulaciones compuestas de cinco a siete astronautas, sumando a participantes de otros países como Francia, Alemania, Holanda, Canadá y México.
Estas misiones consistieron en el recupero de satélites defectuosos y ponerlos en órbita en vuelos posteriores, además de otros nuevos, también se impulsaron desde allí sondas interplanetarias como Magallanes a Venus, Galileo a Júpiter y al telescopio espacial Hubble, que requirió de cuatro services por la misma vía.
El 28 de enero de 1986 se produjo uno de los accidentes más resonantes de la historia espacial, el transbordador Challenger estallaba a los 73 segundos de haber despegado, sus siete tripulantes murieron en el acto, entre ellos se encontraba la maestra Christa McAuliffe, quien formaba parte del programa "Maestros en el espacio" concretado finalmente en 2007, con el vuelo de quien fuera su suplente de aquel entonces, Bárbara Morgan.
En 1992 el transbordador Endeavour se sumó a la flota para reemplazar al Challenger.
Además de la negligencia y la falta de previsión que originaron este trágico accidente, el transbordador comenzó a ser objeto de las más duras críticas, ya que los costos no bajaban a pesar de ser una nave reutilizable; su autonomía de vuelo no superaba los veinte días, no dando oportunidad de permanencias largas ni experimentos científicos duraderos y para peor, la NASA daba signos de no tener un plan que llevara al hombre más allá de la órbita terrestre.
A partir de allí la NASA comenzó a revisar sus planes y promovió una unión de esfuerzos con Rusia, para encarar juntos la construcción de una estación espacial y elaborar un plan sostenido de exploración a los planetas.
El transbordador cumple su verdadera función desde 1995, relevando a astronautas de la NASA en la, hoy desaparecida, estación rusa MIR durante la primera fase de cooperación internacional y luego como encargado de llevar módulos a la Estación Espacial Internacional y tripulantes de relevo.
Su último revés lo sufrió el 1 de febrero de 2003, cuando el Columbia, luego de una exitosa misión científica de quince días, se desintegró en la atmósfera al perder losas térmicas durante el lanzamiento, sus siete tripulantes pasaron a engrosar la lista de víctimas del espacio. Con tres transbordadores en la flota la NASA aceleró la decisión de darlo de baja para 2010 y así encarar el nuevo proyecto lunar.

Una mirada a los planetas

El hombre siguió extendiendo su mano, a través de las sondas espaciales, a los planetas del sistema solar, ampliando su perspectiva y deseos de llegar a ellos en un futuro no tan lejano.
Los rusos continuaron con la exploración sostenida de Venus, durante la década del 80, por medio de sus sondas Venera, realizando aterrizajes y mapeos del planeta que luego completó la sonda americana Magallanes en los 90, con un radar que le permitió transponer la densa capa de nubes.
Marte fue visitado por las sondas Mariner, los aterrizadores Viking 1 y 2 de la NASA en 1976 y por la Pathfinder en 1997, el primer vehículo rodado sobre otro planeta al cual le siguieron, en 2004, los rover Spirit y Opportunity que actualmente siguen funcionando y recorriendo el planeta rojo.
La sondas Voyager 1 y 2 ampliaron el conocimiento de los planetas exteriores, aprovechando una alineación de los mismos, en 1977 fueron lanzadas en diferentes trayectorias para abandonar el sistema solar. En 1979 llegan a Júpiter descubriendo un tenue sistema de anillos y una gran cantidad de lunas, al año siguiente pasan por Saturno también descubriendo nuevas lunas; mientras la Voyager 1 abandonó el sistema solar por encima del plano de la eclíptica, la Voyager 2 prosiguió su camino hacia los siguientes planetas.
Así en 1986 pasa por Urano y en 1989 por Neptuno abandonando el sistema solar y llevando un mensaje de toda la humanidad plasmado en imágenes y sonidos de la Tierra.
Nuevas sondas llegarían a los planetas gigantes para ampliar el conocimiento de los mismos como la Galileo en Júpiter en 1995, la Cassini en Saturno en 2004 y la New Horizons, que continúa su viaje a Plutón.

MIR : Puesto avanzado

La estación espacial MIR fue lanzada en febrero de 1986, constituyó la tercera generación de estaciones espaciales rusas, su módulo central de 15 metros de largo y 89 toneladas de peso, tenía cinco puertos de acople en la proa, más un sexto en la popa, que permitirían acoplar varios módulos para ampliar la capacidad de la estación, además de las naves Soyuz y Progress.

A lo largo de su vida la MIR se amplió con los módulos Kvant 1 (1987) Kvant 2 (1989), Kristall (1990), Spektra (1995) y Priroda (1996) desde donde se realizaron observaciones astronómicas y experimentos biológicos y con materiales industriales de todo tipo.
A bordo de la estación se batieron los récords de permanencia más largos de la historia, tal fue el caso de Musa Manarov y Vladimir Titov, logrando 365 días ininterrumpidos en el espacio en 1987, luego Valery Poliakov los superaría con 438 días en 1995.
La MIR debió soportar los embates económicos de su país y luego sus vaivenes políticos que terminaron en la caída de la Unión Soviética en 1991, para ese entonces los cosmonautas Sergei Krikalev y Anatoly Artsebasky se encontraban a bordo; la debacle social y económica solo perimitieron entrenar a un relevo, por lo que Krikalev debió permanecer con nuevos compañeros hasta que pudieron retornarlo luego de 311 días a un país que ya no era el que había dejado.
Ante la imposibilidad de poner en órbita una nueva estación espacial, la MIR extendió su vida útil hasta fines de 2000 (más del triple de lo planeado) y al año siguiente fue derribada sobre el Océano Pacífico de manera controlada.


La Estación Espacial Internacional

La Estación Espacial Internacional (ISS en inglés) fue concebida a partir de la necesidad de ambas potencias de un complejo orbital para seguir explorando las posibilidades de viajes tripulados a los planetas; por un lado la NASA vió truncado su proyecto de la estación Freedom, además de carecer de experiencia en vuelos prolongados y los rusos además de no poder mantener a la MIR ya no podrían poner en órbita a la MIR 2.

Con el acuerdo ya en marcha, la primera fase del proyecto conjunto consistió en realizar una serie de misiones del transbordador americano a la estación MIR durante los años 1995 a 1997, en ese marco los transbordadores Atlantis, Discovery y Endeavour llevaron astronautas de la NASA a formar parte de las expediciones rusas en la MIR, Norman Thagard fue el primer americano en la estación espacial rusa y Shannon Lucid la mujer que más tiempo permaneció con 188 días; otros siete astroanutas de la NASA pasaron por allí antes de iniciar el proyecto conjunto.
En diciembre de 1998 el Endeavour lleva el primer componente de la ISS, el Nodo 1, listo para ser acoplado al módulo ruso Zarya, lanzado unos días antes.
A partir de estos pequeños módulos la Estación Espacial Internacional fue creciendo hasta formar el gran complejo actual, con el transbordador llevando componentes y tripulaciones de relevo. La Agencia Espacial Europea también aporta componentes como el módulo Columbus y astronautas para sumarse a las expediciones que la habitan.
Aunque aún faltan algunos módulos, la ISS ya es el ingenio espacial tripulado más grande de la historia con un largo de 88 metros, un ancho de 104 y una masa cercana a las 410 toneladas.
Desde la llegada de la Expedición 1 en noviembre de 2000, la presencia del hombre en el espacio es permanente.
La finalización de su construcción está prevista justamente con la salida del transbordador en 2010.

50 años en el espacio

Si bien aún estamos lejos del futuro imaginado por el célebre escritor Arthur Clarke en "2001 Odisea del Espacio" también es notoria la gran cantidad de logros concretados en un plazo inferior al de una vida humana; visto desde esa óptica la gesta espacial resulta asombrosa.
La humanidad esta muy próxima a volver a la Luna, mediante un programa que ya está en marcha, el Constellation y así utilizar su experiencia para luego poner un pié sobre Marte.
De como se pudo llegar tan alto y tan lejos, en este medio siglo de conquista espacial, obedece al mandato que el hombre siempre siguió y que fue puesto de manifiesto en estas célebres palabras del científico ruso Konstantín Tsiolkovsky: "La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir para siempre en la cuna."

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